"Yacimientos como Batallones son los que se encuentran sólo una vez en la vida de un paleontólogo"

Autor:
  • Carmen Martínez

 

El nombre de Jorge Morales, profesor de investigación del CSIC, va indisolublemente unido al Cerro de los Batallones, un enclave a las afueras de Madrid donde se ubican algunos de los yacimientos terciarios más importantes de España. Este paleontólogo experto en mamíferos del Cenozoico está convencido de que las colecciones son el alma de los museos y en ellas reside su razón de ser. Las excavaciones del equipo que dirige han contribuido de manera sustancial a enriquecer las colecciones paleontológicas del MNCN.

 

¿Cómo ha cambiado la paleontología desde que empezaste?


La paleontología ha cambiado como ha cambiado el país. Cuando yo empecé en el museo, hace ya 40 años, no había medios de ningún tipo. Para empezar la biblioteca se había quedado obsoleta, faltaban la mayor parte de las obras de consulta modernas, incluso las clásicas, no había casi revistas; era muy complicado trabajar.


Otro aspecto eran las colecciones de zoología, necesarias para la anatomía comparada, que eran prácticamente inutilizables. Nuestras colecciones paleontológicas habían sufrido mucho el deterioro del tiempo y la falta de personal. El museo estuvo totalmente abandonado.


Conforme ha cambiado el país también ha cambiado la paleontología. Antes ir al campo era complicado por la falta de infraestructuras, las salidas te tenías que pagar tu, Los laboratorios eran muy precarios.


¿Cuáles han sido los cambios más llamativos desde una perspectiva científica?


La paleontología ha cambiado como lo han hecho las ciencias de la vida y de la tierra en las que se integra. En estos años hemos pasado de la filogenia exclusivamente morfológica a la molecular; de dataciones absolutas muy preliminares, a que existan grandes laboratorios de datación; la microscopía ha evolucionado sorprendentemente, por ejemplo ahora disponemos del microscopio electrónico, lo que antes era impensable. Pero hay que señalar un doble cambio, el cambio del MNCN y de la paleontología; la paleontología de hace 40 años ahora no es reconocible.


¿Cómo ha evolucionado la paleontología en el museo?


A lo largo de estos 40 años, en el departamento de paleobiología hemos reunido un buen número de colecciones de paleontología, de tal modo que ahora tenemos unas colecciones de referencia importantes, que vienen a consultar investigadores extranjeros. Es un cambio cualitativo importante, porque antes al carecer de esas colecciones necesitabas viajar al extranjero o que te enviasen moldes. Eso implica que en estos 40 años en el departamento hemos excavado intensivamente, 3 o 4 campañas de campo por año, ahora menos, con lo cual tenemos un registro fósil del Neógeno de España, tanto de micromamíferos como de macromamíferos, que tiene un nivel internacional muy bueno.


Del conjunto de yacimientos en los que has excavado ¿cuáles destacarías?


Hay algunos yacimientos en los que hemos excavado que son notables, singulares. Y dentro de estos yacimientos se podría citar Casa Montero, en la Comunidad de Madrid, que se descubrió durante las obras de la M-50. Es un yacimiento espectacular para micromamíferos porque hay millones de dientes fósiles que se ven a simple vista, algo poco habitual en este grupo.


Pero sin duda los yacimientos más singulares, por muchas razones, son los del Cerro de los Batallones. Son los que se encuentran sólo una vez en la vida de un paleontólogo, el que tiene suerte, y yo la he tenido.


¿Cuál es la singularidad del Cerro de los Batallones?


Es un yacimiento muy singular por la concurrencia de varios hechos que individualmente a lo mejor no tendrían el mismo valor. Son acumulaciones de fósiles de vertebrados que se han formado en cavidades naturales formadas por erosión que se llaman piping o túneles. Son cuevas, no muy grandes, formadas en sedimentos de tipo detrítico: arcillas, arenas, areniscas, mientras que la mayoría de las cuevas se forman en sedimentos químicos como son las calizas, yesos, etc. En estas últimas, el proceso de formación es por disolución del CO2 de la atmósfera que cuando llueve se mezcla con el vapor de agua y forma ácido carbónico capaz de disolver la caliza o los carbonatos y formar cavidades. En el caso de Batallones, como no hay elementos químicos, el proceso no es la disolución sino la erosión. El agua de la lluvia se introduce por los huecos y fisuras del terreno, y va arrastrando materiales y formando cuevas. Es el fenómeno del piping, un fenómeno relativamente común y que se conoce bien porque ha sido muy estudiado, ya que destruye los suelos, las laderas, por lo que afecta a la vida humana. Un ejemplo de piping lo tenemos en la construcción del AVE cerca de Zaragoza, donde había cavidades formadas en materiales detríticos.


Otro fenómeno común es el de la fosilización, en todos los lugares hay cientos de yacimientos, incluso los organismos más delicados fosilizan; estoy hablando de medusas, de pistas de insectos... Ya no digamos los huesos de los vertebrados, que son muy resistentes. En Madrid puede haber dos o tres centenares de yacimientos de vertebrados del Mioceno. Lo que nunca se había encontrado es un piping que está relleno de vertebrados fósiles.


¿Y cómo llegaron ahí esos huesos?


Los huesos no llegaron arrastrados, sino que esas cuevas hicieron de trampas naturales en donde los animales atraídos hacia ellas eran capaces de entrar y no salir. Por tanto se juntan tres circunstancias como el piping, los fósiles y el modo en que quedaron atrapados los animales, que sólo conocemos en Batallones. Como además hay nueve yacimientos, resulta que estamos ante un conjunto de yacimientos de importancia mundial.


Hablas de nueve yacimientos ¿cómo se delimita un yacimiento?


Un yacimiento es difícil de definir porque se supone que es una concentración de fósiles, pero si te encuentras un fósil aislado también es un yacimiento, aunque pobre. A veces se encuentran capas que tienen kilómetros y kilómetros con fósiles, entonces es más difícil. En realidad el yacimiento es el lugar donde se excavan los fósiles. En este caso, si es fácil de delimitar. ¿Por qué tenemos nueve yacimientos y no un yacimiento muy grande? Porque las cuevas, las cavidades, son unidades morfológicas discretas por lo que cada cavidad es un yacimiento. Y hablamos de nueve yacimientos porque hay nueve cavidades en las que hay fósiles. Sin embargo, hemos encontrado otras cavidades sin fósiles, por lo que no son yacimientos. Así que aunque tenemos hasta Batallones 11, sólo hay nueve yacimientos.


Cada yacimiento puede tener niveles diferentes: inferior, donde se quedaban atrapados los carnívoros; niveles intermedios, que a veces tienen fósiles de todos los sitios, y luego los niveles superiores que en algunos casos eran ciénagas con mucho barro que sirvieron para atrapar a grandes mamíferos, herbívoros del tamaño de mastodontes o jirafas.

 

¿Cómo se organizan las campañas de excavación?


En Batallones llevamos 22 años trabajando, desde el año 91. Las campañas han ido evolucionando con el tiempo. Hasta el año 2000 sólo conocíamos un yacimiento, Batallones 1, y lo excavamos intensamente durante siete meses en tres años de campaña. Hicimos una buena colección y sobre ese material estuvimos trabajando hasta que en el año 2000, cuando se reactivaron las labores de minería en el cerro, se encontró el segundo yacimiento, Batallones 2. Los otros yacimientos fueron encontrándose en años sucesivos, unos por la minería y los últimos por prospecciones geofísicas, que nos posibilitaron encontrar los yacimientos antes de que las máquinas excavadoras llegasen.


¿Qué criterios habéis seguido para seleccionar los yacimientos que se excavarían en primer lugar?


Tras obtener una muestra completa del yacimiento 1, comenzamos con el yacimiento 3, que al estar situado en un ladera es susceptible a la erosión, y luego hemos ido haciendo prospecciones en otros yacimientos. Algunos yacimientos grandes, como Batallones 7 y 9, los vamos a dejar por si en el futuro mejoran las técnicas y a lo mejor no hace falta excavar, aunque no lo creo. Todo está planificado para tener un conocimiento integral de cómo ha sido el proceso de formación de los yacimientos, qué factores geológicos han intervenido, si esos yacimientos responden a un patrón de acumulación similar, cómo se han formado los diferentes niveles, qué animales vivían allí y cómo eran.


Algunas campañas han tenido una gran resonancia en los medios ...


El hallazgo de Batallones 2 tuvo un impacto mediático importante. Se encontraron dos esqueletos de mastodontes muy completos que llamaron mucho la atención de la prensa, pero también había una plataforma en los pueblos de alrededor para evitar que pusieran una vertedero de residuos. Entonces, entre los mastodontes y el vertedero, el hallazgo tuvo mucho impacto. Al año siguiente encontramos los yacimientos 3 y 4, y en 2001 la Comunidad de Madrid lo declaró Bien de Interés Cultural. Desde ese año hasta la actualidad la comunidad ha subvencionado las excavaciones, por tanto ha habido la posibilidad de hacer una cierta programación.


Cada año seleccionáis un grupo de alumnos para que hagan prácticas en la excavación. ¿Cómo valoras su participación?


Éste no es un trabajo individual y yo he tenido la suerte de dirigir a un equipo con un nivel altísimo. A lo largo de los años han estado cientos de alumnos, o aficionados, también amigos que han venido a excavar. Desde hace algunos años tenemos un acuerdo con la Universidad Complutense, con la que tenemos una colaboración muy estrecha, y hay unos créditos de libre designación que se dan a los alumnos que participan en la excavación. Luego estos alumnos quedan fidelizados; hay algunos que empezaron en 1º de carrera y han seguido durante toda la carrera e incluso después. La paleontología engancha.


¿Qué es lo que más te ha sorprendido de Batallones?


El primer día fue increíble, todavía lo recuerdo: creo que era el 14 de julio, que es la fiesta nacional de Francia. Hacía muchísimo calor y no parábamos de sudar. Estábamos ante una superficie llena de huesos, pero no nos podíamos ir porque era algo impresionante.


Con los años vas sacando los cráneos completos, los esqueletos completos, te vas emocionando. Todavía, en esta última campaña, me sorprende que en los dos últimos días de la excavación y en menos de medio metro cuadrado nos hayan salido tres cráneos de tres especies de carnívoros diferentes: un oso joven, un mustélido gigante, y un tigre de dientes de sable. Si lo comparamos con la época anterior a Batallones, en la que en varios años sólo habíamos encontrado un cráneo completo de carnívoro en un yacimiento de Teruel.


Cuéntanos cómo era el entorno de Batallones hace 9 millones de años.


Ya en aquella época, el entorno de Batallones debía ser muy singular. Sabemos que estas cavidades son de vida efímera, el propio proceso de formación las va destruyendo. Cuando hay una erosión remontante, que va destruyendo las laderas, si no se forman los piping se forman las cárcavas. Tenemos que pensar que había un relieve que estaba sufriendo una erosión y esa erosión estaba actuando en el interior de la tierra, formando cavidades y conductos. El resto del paisaje sería un paisaje más o menos llano, con algo de arbolado. En esas cavidades, que en su fondo conservaban agua, porque en ellas la evaporación es menor, a veces se formarían charcas; porque hay evidencias, se han encontrado anfibios y peces. En las épocas de sequía los animales que vivían en el entorno y tenían la posibilidad anatómica de bajar a las cavidades, se introducirían en ellas para beber agua y luego, por alguna razón, no pudieron salir. Por eso los animales que predominan en las zonas inferiores de estas cavidades son mamíferos, que son animales que tienen mucha agilidad, pueden saltar, mientras que los herbívoros no podían acceder a los niveles inferiores, porque tienen un esqueleto locomotor muy rígido, muy estructurado para la carrera, para huir de los carnívoros.


¿Qué más sabemos del paisaje y de las especies que lo habitaban?


Para la formación de piping se necesita que existan cambios en la morfología del paisaje, así que podemos deducir la existencia de una planicie o meseta en la que por la acción de la erosión fluvial se estaba formando un valle. El resto de lo que conocemos es a través de los animales que vivían allí, porque plantas hemos encontrado muy pocas, sólo algunos restos de herbáceas. Pero está claro que si tenemos esta diversidad de carnívoros tan grande, que van desde los pequeños mustélidos a los grandes felinos, similar a la que se observa en las sabanas africanas, es evidente que habría una gran diversidad herbívoros para poder sostener esta comunidad de carnívoros. Serían el equivalente a la cebra, el Hipparion; el equivalente a los elefantes actuales, los mastodontes; bastantes jirafas, rumiantes más pequeños, antílopes; animales emparentados con los mósquidos, como el ciervo almizclero actual que vive en Asia; lagomorfos y gran cantidad de roedores.


Había muchas aves rapaces, como águilas y buitres, y también aves acuáticas. También había reptiles como tortugas gigantes, tortugas acuáticas, varanos de diversos tipos, algunos de ellos bastante grandes; anfibios, peces e invertebrados, como cangrejos de río. Había una gran diversidad, nada parecido a lo que puedas encontrar hoy en un ecosistema ibérico. Tampoco es fácil compararlo, porque la sabana africana es muy peculiar, con una gran diversidad de herbívoros. Quizá había que ir a un paisaje como los que encontramos en la India, con praderas y parches de arbolado, que permitirían a los carnívoros vivir separados para evitar la competencia. El clima sería más cálido con estaciones más contrastadas, probablemente la época de lluvias sería en verano y no, como ahora, en invierno; todo eso permitiría un paisaje rico y variado.


¿Qué partes anatómicas os proporcionan más información? ¿Por qué son tan importantes los dientes?


Los dientes son una fuente de información fundamental, especialmente en ciertos grupos como los roedores en los que es muy difícil encontrar esqueletos enteros. Los dientes son muy duros porque están formados por fosfato tricálcico y carbonato cálcico, y además están cristalizados, por lo que el esmalte dentario es una estructura altamente resistente. Es tan resistente que en la actualidad se estudian los isótopos estables del oxígeno, del calcio y del carbono, de manera que podemos reconstruir también las dietas de estos animales.


La ventaja de los dientes es que muestran una gran diversidad pero al mismo tiempo son muy conservadores, con lo cual son muy útiles en sistemática. Hay un equilibrio entre cambio y estabilidad, y aunque se han especializado de forma notable en muchos casos, todavía presentan esos rasgos morfológicos que permiten distinguir entre especies y hacer filogenias. También es verdad que en mamíferos grandes, como los que aparecen en Batallones, hay otros elementos anatómicos que te dan mucha información, a lo mejor no te dan la información taxonómica, porque ésta sigue residiendo de alguna manera en la dentición, aunque no siempre, pero te dan información sobre otros aspectos de la vida del animal.

 


Este sería el caso del hallazgo del hueso del pene del oso Indarctos arctoides que acabáis de publicar en la revista PLOS ONE.


Sí, es un buen ejemplo de otro elemento que nos permite aproximarnos, por comparación con las formas actuales, al comportamiento sexual de estos osos, que a su vez está condicionado por el medioambiente y las estrategias reproductivas que existen en la naturaleza. Ahora estamos haciendo un trabajo sobre el falso pulgar en este mismo oso, que está emparentado con el gran panda actual. Como éste, también tiene un hueso sesamoideo radial que está sirviendo de falso pulgar, aunque es primitivo e incipiente, probablemente es el más antiguo de esta línea. Nos va ayudar a esclarecer cómo han sido esas pautas de comportamiento. Gracias a los trabajos de morfología funcional y anatomía comparada, podemos conocer los rasgos medioambientales de estas especies.


Muy pocos yacimientos tienen el corpus documental que tiene Batallones, pero sin duda es mucho más lo que se desconoce que lo que se conoce. ¿Cómo ves el futuro?


Nuestra investigación la hace un equipo multidisciplinar, en el que hay muchos investigadores que se han formado en Batallones y que ahora son grandes científicos. Otra cuestión es cuál será su futuro, esperemos que esto cambie. Hubiese sido imposible hacer estas investigaciones si no hubiésemos podido darle una estabilidad, durante casi de trece años, al grupo formado por geólogos y paleontólogos del MNCN, y de distintas universidades de España y del extranjero. Esta continuidad ha sido posible porque ha habido una financiación estable, porque hemos tenidos proyectos del Plan Nacional, subvenciones de la Comunidad de Madrid, ayudas de National Geograhic y de otras empresas privadas. Todo esto ha sido posible porque ha habido una estabilidad científica en un contexto de interés por la ciencia.


El problema es que ahora el equipo de investigación se está quedando en precario ya que no salen becas postdoctorales, no se están renovando los contratos Ramón y Cajal, no se convocan nuevas plazas de investigador. No sabemos cuál va a ser el futuro del equipo, es bastante preocupante. Por eso, aunque las cosas han cambiado mucho respecto a hace cuarenta años, antes tenías la esperanza de que las cosas iban a mejorar, porque salíamos de una dictadura abominable. Ahora, tenemos la sensación de un retroceso dramático que nos quita el optimismo.

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