Minerales, Fósiles y Evolución Humana
La exposición comienza con un viaje a través de la historia de la Tierra. Más de 4.500 millones de años concentrados en un recorrido a través de fósiles de todas las eras geológicas. Se exponen los distintos tipos, el proceso de fosilización y aspectos históricos de la investigación paleontológica. Los esqueletos de dinosaurios y grandes mamíferos son los protagonistas de la exposición.
El esqueleto de Diplodocus carnegii es una réplica del esqueleto conocido como Dippy del Carnegie Museum of Natural History (Pittsburgh, EEUU). Fue donado por Andrew Carnegie al rey Alfonso XIII y llegó al museo en 1913. Como en el caso del megaterio se conserva su montaje histórico original.
El Gomphotherium angustidens es uno de los ejemplares más completos de Europa. Tenía el tamaño de un elefante indio actual, hasta una altura de 2 metros.
El Megatherium americanum llegó al Real Gabinete de Historia Natural hace más de 200 años procedente de Luján (Argentina). Además de ser el holotipo de la especie fue el primer esqueleto fósil montado en postura anatómica y fue estudiado por G. Cuvier padre de la Paleontología como disciplina científica.
La exposición sobre la evolución humana trata las investigaciones y descubrimientos más recientes que han cambiado nuestros conocimientos sobre el origen de la humanidad. Muestra réplicas de los más importantes y recientes restos de paleontología humana de todo el mundo, como huellas, cráneos diversos, huesos e incluso esqueletos completos.
Lucy es el homínido de la especie Australopithecus afarensis más famoso del mundo. Tiene unos 3,2 millones de años y fue descubierto en Etiopía. El museo expone una reproducción de este esqueleto, que debe su nombre a una conocida canción de The Beatles.
La exposición termina con una muestra de la colección de minerales según la clasificación internacional, aportando datos sobre su uso, importancia industrial y económica. Reúne piezas que datan de los orígenes del museo, metales, piedras preciosas y ejemplares de alta calidad mineralógica y de gran belleza que hicieron que durante el siglo XIX fuera considerada como una de las mejores colecciones de Europa.
Conocido como espejo del inca este magnífico ejemplar de obsidiana pulimentada por las dos caras ingresó como donación en el año 1925. Este tipo de espejos se relacionan en la actualidad con las antiguas culturas mesoamericanas y el dios azteca Tezcatlipoca, como un medio de comunicación con el mundo espiritual.
El azufre cristalizado de Conil de la Frontera (Cádiz) es una de las piezas más antiguas del museo, sin rival en el mundo por la perfección, belleza y tamaño de sus cristales. Llegó al Real Gabinete por encargo del Conde de Floridablanca en 1792.
La piromorfita de las minas de El Horcajo (Ciudad Real) tiene cristales finamente aciculares muy difíciles de encontrar en la actualidad tras el cierre de esas minas en 1911.
La colección de meteoritos consta de más de 240 especímenes que se corresponden con unos 160 meteoritos diferentes. Incluye ejemplares enteros, fragmentados, secciones de estudio procedentes de todo el mundo y una magnífica selección de meteoritos caídos en España, desde 1773 hasta nuestros días.
El meteorito de Allende es una pieza de incalculable valor científico que ha aportado información sobre las condiciones existentes durante la formación del sistema solar. En su composición se ha encontrado carbón (incluyendo grafito y diamantes) así como componentes orgánicos aminoácidos no conocidos en la Tierra.
Los libros de la exposición a su disposición en la Tienda del Museo (Megaterio) |